Cuando se habla de una espiritualidad se puede entender, de manera sencilla, como una forma particular de seguimiento de Jesús. Así podríamos decir que hay espiritualidades franciscana, dominica, carmelita, o ignaciana según los modos de seguir a Jesús de San Francisco, Santo Domingo, Santa Teresa y San Juan de la Cruz o San Ignacio de Loyola.
El mayor legado que San Ignacio ha dejado a la Compañía de Jesús es su espiritualidad expresada en los Ejercicios Espirituales.